La pandemia del COVID-19 ha afectado la salud mental en Puerto Rico y en el mundo. Las cuarentenas, la pérdida de empleo, y el riesgo de contagio son algunos de los factores que han lacerado la salud mental a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Según la OMS, esta relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos. Según la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), en el año fiscal 2018-2019 la Línea PAS recibió 83,791 llamadas. En el año 2020 las llamadas a la Línea PAS aumentaron un 431%, para un total de 903,000 llamadas. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), detallan que “las personas con problemas de salud mental prexistentes o trastornos por consumo de sustancias pueden ser especialmente vulnerables en una emergencia. Las afecciones de salud mental (como depresión, ansiedad, trastorno bipolar o esquizofrenia) afectan la manera de pensar, sentir y comportarse de una persona de manera tal que influye sobre su capacidad para relacionarse y desempeñarse a diario. Estas afecciones pueden ser situacionales (corto plazo) o crónicas (largo plazo). Las personas con problemas de salud mental preexistentes deben continuar con el tratamiento y estar atentas a la aparición de síntomas nuevos o al agravamiento de sus síntomas. Si cree que tiene nuevos síntomas o se agravaron sus síntomas, llame a su proveedor de atención médica”. Para cuidar de nuestra salud mental los CDC recomiendan:
- Cuide su cuerpo: duerma bien, haga respiraciones profundas, trate de ingerir alimentos saludables y evite el consumo de alcohol o drogas
- Separe tiempo para relajarse al hacer actividades que disfrute
- Comente a las personas en quienes confía cómo se siente
- Busque ayuda médica antes de automedicarse
- Conecte con organizaciones comunitarias y/o de base de fe
Por otro lado, los CDC informan que las reacciones emocionales al contagiarse de COVID-19 pueden incluir:
- Sentimientos encontrados, incluida la sensación de alivio.
- Temor y preocupación por su salud y la salud de sus seres queridos.
- Estrés a raíz de la experiencia de tener COVID-19 y monitorearse o ser monitoreado por otros.
- Tristeza, enojo o frustración porque sus amigos o sus seres queridos tienen temor de contraer la enfermedad por tener contacto con usted, aun cuando se haya determinado que usted puede estar rodeado de personas.
- Culpa por no poder desempeñar sus tareas habituales o sus obligaciones parentales mientras está infectado por el COVID-19.
- Preocupación ante la posibilidad de volver a infectarse o enfermarse nuevamente aunque ya haya tenido COVID-19.
- Otros cambios en la salud emocional o mental.
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